martes, 26 de febrero de 2019

¡Vamos a ser padres!

Artículo publicado en Adaptabilisimo

La decisión de ser padres nunca es fácil de tomar. Pero una vez que aparece el deseo, éste es imparable. La paternidad es una experiencia que se ha de compartir con la familia y el entorno mas cercano. Es casi imposible llevarlo en secreto, así que en un momento u otro, debemos dar la noticia de nuestros planes o de nuestro embarazo. Este suele ser un momento mágico y entrañable pero cuando da semejante noticia es una persona con diversidad, puede encontrarse con diferentes escenarios. Vamos a explorar tres posibles casuísticas:

Aceptación total y plena confianza en los futuros padres.

Aceptación con algunas reservas

Oposición

Evidentemente, lo ideal es encontrarse con el primer caso como cualquier pareja pero no siempre es así. Pueden aparecer preguntas o comentarios realmente incómodos. Se trata de reconducir  la situación a una conversación productiva y enriquecedora para ambas partes. No tendremos todas las respuestas y nosotros mismos tendremos nuestras dudas en aspectos concretos. Sabemos que un embarazo es pesado de llevar pero no sabemos si tendremos un embarazo sin problemas o con problemas. Sabemos que el bebé requerirá toda nuestra atención y tenemos que tener claro en qué tareas debemos pedir ayuda y cuales no. O quizás encontrar la manera de ser completamente autónomos en el cuidado de nuestro bebé y establecer límites. Esto es importante si el entorno  familiar todavía sobreprotege a la persona con diversidad por su condición. Plantear con calma nuestra perspectiva ayudará a transmitir nuestro deseo de cómo queremos vivir esta experiencia. No ocultar nuestras dudas o miedos nos puede ayudar a acercar posiciones. Ser padres es una gran decisión y en nuestra sociedad parece que se ha de vivir de forma autosuficiente pero quizás ese planteamiento no sea el más acertado. Debemos aceptar ayuda siempre que nos sintamos cómodos y saber que tenemos derecho a cambiar de opinión. Es prioritario hacer entender que son decisiones que solo podemos tomar nosotros mismos escuchando nuestros deseos sin sentirnos coaccionados. No es fácil hacerse entender si existen prejuicios arraigados en el entorno familiar sobre nuestra discapacidad.

Es injusto que algunas personas con diversidad que plantean su deseo de ser padres se sientan juzgadas concienzudamente sobre sus capacidades cuando a nadie más se le cuestiona a priori. Evidentemente, el bienestar del niño debe estar por encima de todo pero eso ya es algo que, segurísimo, ha meditado la pareja previamente.

Ante la oposición frontal debemos defender nuestro derecho a decidir. Podríamos buscar aliados que nos apoyen en amistades o personal médico (cada vez aceptan con mayor naturalidad que personas con diversidad tengamos hijos). Somos nosotros los responsables de nuestra decisión, de nuestra vida, de nuestros hijos.