miércoles, 6 de julio de 2022

Superando obras y covid.

 A veces, cuesta volver a la página en blanco, a la pantalla en blanco, asusta pero ¿Qué mejor sitio para volver que mi propio blog? Escribo en diversas páginas y medios como Wattpad, Malarrassa... sobre  temas locales o historias de integración pero aquí está mi versión oficial, presentable, mi esencia. Aunque, además de madre, sea mujer, activista, escritora, correctora, esposa y aquí he mostrado un poquito de todas ellas.

Como madre, no puedo estar más orgullosa. El cambio de etapa escolar no ha podido ir mejor. Mi hijo se ha esforzado motivado por las nuevas asignaturas y ha pasado de curso con gran ilusión.

 Como profesional de la escritura, no me puedo quejar. Estoy corrigiendo dos obras que espero que algún día vean la luz y sean reconocidas por los lectores como se merecen. El trabajo fuera de casa se me sigue resistiendo, o bien, por cuestiones de horarios o por accesibilidad. Ya se sabe que en este país tener un hijo y trabajar requiere hacer malabares aun cuando no tengas discapacidad. Cuando mi hijo entraba al colegio a las nueve, me ofrecían trabajos que debía empezar a las ocho. Ahora, que va al instituto y empieza a las ocho, la oferta laboral de mis sueños empieza a las 7 a.m. y la ETT ni si quiera me ha especificado si la empresa cumple la ley de accesibilidad. Lo cual me hace pensar que no pero no pierdo la esperanza. En fin, seguimos corrigiendo obras ajenas e intentando crear una propia fuera del ámbito de la maternidad aunque si se tocará el tema. Si, ese es mi gran proyecto, aunque últimamente lo he dejado abandonado, prometo retomarlo.

Veinte años después de hipotecarme en un piso estándar por el que deambulaba con bastón, después de pasar un embarazo y la consecuente crianza, y caminar por mi piso con andador, llegó la peor decisión médica de mi vida: la butolínica. Si bien, mi declive físico era algo anunciado, creo firmemente que ese tratamiento aceleró el proceso.... Todo esto ya lo he ido contando pero es la razón por la cual, en un año, hemos reformado y adaptado puertas, baño y cocina para acondicionarlos a mis necesidades presentes y futuras. Aun puedo ponerme en pie, pero ya me he dado cuenta que "todo llega" y hay que aceptarlo. El sobre esfuerzo económico y desgaste emocional que supone tener obras en casa durante un mes, nos vino adornado con un precioso lacito llamado "Covid" a mi pareja y a mí. Mi hijo se libró.... 

Después de tres vacunas, cogimos el Covid por almorzar con amigos, o por que mi hijo lo trajo del instituto o mi marido, del trabajo. Todo ello, actividades permitidas. No importa el paciente cero, el caso es que ya entró en nuestra casa. Afortunadamente, lo pasamos en casa y no en el hospital. He pasado algunas gripes en mi vida y puedo decir, desde mi experiencia, que el Covid es otra cosa. La fiebre persiste los primeros días a los paracetamoles y el dolor muscular es generalizado. Te dicen que al cuarto día ya puedes salir por que ya no contagias, lo que no te dicen que al cuarto día sigues hecha una mierda aunque sea sin fiebre y sin ser contagiosa, y lo último que te apetece en este mundo es salir de casa. Tampoco te dicen que se te puede alterar el ciclo menstrual o cuánto te va a durar esa tos y esa sequedad en la laringe o ese cansancio fulminante que aparece de golpe. Afortunadamente, cada día vas notando una minúscula mejoría y cuando ya pronuncias una oración sin toser, te hacen la ola.... Ahora estoy completamente recuperada aunque con el cansancio repentino de compañero y un verdadero miedo a volver a cogerlo por que no, no es una simple gripe. Y ya surcamos la silenciosa séptima ola. 

Y no, no me atrevo a cantar "Resistiré" por si toso....






3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Una cocina preciosa!;¡Felicidades!

Anónimo dijo...

Leerte es precioso. Es el qué y cómo lo dices. Q maestría tienes, Estrella. Sobre el covid totalmente de acuerdo. Besazo! Te quiero amiga.

a dijo...

Felicidades por la cocina, y por haber pasado un bastante buen covid. Besos