miércoles, 23 de noviembre de 2022

La burrocracia

 En enero de este año fui a mi doctora de cabecera a solicitar unas baterías nuevas para mi silla electrónica. Me sorprende diciendo que ya puedo pedir la silla nueva, ya que el plazo se ha rebajado un año. Así que tramita la petición de silla nueva, obviando así mi demanda de baterías nuevas. Esta vez, por primera vez, acudo a una ortopedia profesional que me hace un informe con las especificaciones técnicas con las que debe contar la silla nueva, dada mi situación actual. En total, me recomiendan doce extras en la silla para mi higiene postural. Este informe se lo paso a mi doctora de cabecera que, a su vez, lo deriva al traumatólogo del hospital de Terrassa (ese señor del que solo conozco  su firma de las recetas de sillas anteriores).

En abril, me llega la receta de la silla electrónica sin ningún complemento firmada por traumatología del hospital. Pido a mi doctora de cabecera que me cite con traumatología pero se niega ya que no encuentra motivo. Vuelve a solicitar a nivel interno la silla con todos los códigos a traumatología pero pasa el tiempo y no llega nada. Llamo a Barcelona, a Prestaciones ortopédicas y me dicen que están esperando informe del especialista del Hospital de mi ciudad. Voy personalmente al hospital y no me quieren pasar con ningún especialista sin que me mande mi Centro de Atención Primaria. Cojo el bus y en mi CAP solo me dan cita con la asistenta social para dentro de dos meses. Vuelvo a reclamar a Prestaciones Ortopédicas que me remite al hospital y el hospital al CAP. Y así estoy atrapada en el Triángulo de las Bermudas.  La sanidad pública no quiere pagar una silla tan cara que necesito. 

Afortunadamente, tenemos la Institución Guttmann, donde hace cuatro años me rechazaron como paciente por ser crónica, pero pido cita para solicitar la silla. Allí, me la conceden sin problemas. La silla nueva llega cuando llevo una semana en casa porque las baterías de la silla que tenía murieron definitivamente. Y yo me pregunto, ¿dentro de cuatro años también dependerá de Guttman? ¿La sanidad pública nos lo va a poner cada vez más difícil?

Ahora, obviamente, tengo las baterías nuevas de la silla nueva pero me dicen que se pueden solicitar anualmente y no las he solicitado desde 2019. No me molesto ni en preguntar, la respuesta ya la sé Lo que nadie quiere ver es que llegamos a una edad en que necesitamos una silla para casa y otra para la calle, así que esa batería ahora no sería ningún lujo.

Ese es el periplo para conseguir una ayuda técnica básica. Las ayudas PUA (ayudas técnicas para el día a día) cada año se retrasan cada año más y el plazo de petición es más corto. Estamos perdiendo cada vez más derechos y prestaciones. Recortes que nada tiene que ver con el colapso médico, ya que se trata de tareas meramente administrativas, lamentablemente. Los médicos no te quieren tocar ni con un palo si eres "crónica". Catorce meses he esperado para que me den cita en rehabilitación. 

Tengo parálisis cerebral, no voy a mejorar pero quiero que la sanidad pública se responsabilice de mi mantenimiento y me supervise. Las personas con parálisis cerebral o con polio o postpoliomielitis u otras patologías crónicas no tenemos seguimiento médico ni rehabilitación constante a no ser que sea de pago. la sanidad pública nos tiene olvidados. Creo que es una causa justa luchar para que esto cambie. 





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