miércoles, 28 de septiembre de 2022

Baños adaptados, esos grandes desconocidos.

Hace poco publiqué un artículo en Malarrassa sobre este tema basado en la premisa que cualquier persona debería poder acceder a un baño en el momento en que lo necesitara. En este caso en concreto, se habla de un colectivo que tiene una enfermedad que le impide aguantarse las ganas de ir al baño. ¿Y qué pasa cuando utilizas silla de ruedas y te mueves fuera de tu entorno habitual?

Cuando te mueves en tu ciudad, casi puedes ignorar el problema, no porque no exista si no porque ya te conoces donde hay baños adaptados en tu ciudad. Sabes a qué bares o restaurantes puedes ir sin sufrir por tu vejiga. Conoces truquitos como que hay baño adaptado en las bibliotecas, en el mercado, en los centros cívicos, en los museos... Pero cuando te vas de vacaciones, vas vendida. Yo estoy acostumbrada a comentar en Google maps si un establecimiento tiene baño adaptado o no pero no sé si alguien más lo hace. Y ahora pasemos lista a los clásicos horrores de los baños adaptados.

1. COMPARTIRLO CON EL CAMBIADOR DE PAÑALES

Y no con un cambiador para adultos en caso de grandes discapacitados, si no de bebés. Así que el único wc adaptado lo tenemos que compartir con todos los bebés del recinto, local.... Y ,a veces, con el dulce aroma que dejan tras su paso.

2. EL JUEGO DE LAS LLAVES

Todo un clásico, debes esperar pacientemente que el camarero encuentre la llave del excusado. A mí me han llegado a dar desde una llave con un llavero que servía de bate de beisbol hasta.... la llave incorrecta. Y aquí empieza el juego, cuando la pruebas y no es la correcta y vuelves a reclamar la atención del camarero y te da otra con total confianza pero tampoco es la correcta y ya con la tercera llave va él mismo. Suerte que en mi caso, como ya sabéis, la tenía la señora de la limpieza y no, como me contaron que ocurrió una vez, el dueño del establecimiento la tenía ¡en su casa! a buen recaudo, no se vaya a perder.... ¡Qué es un wáter, no la gruta de los tesoros! O sí.

3. EL BAÑO TRASTERO

¿Dónde guardamos esto? En el baño para discapacitados, total, nadie lo usa.... Lo último que me he encontrado fue un baño amplio lleno de sillas apiladas, cubo de la fregona, con agua sucia incluida. Y si ya recopilo experiencias con todo lo que me he encontrado a lo largo de estos años, creo que podría amueblar mi casa pero no acceder al wáter, allá, al fondo, cual olla de oro al final del arcoíris.....

4. NORMATIVA  ¿PARA QUÉ?

Se supone que hay una normativa que establece medidas, barras de apoyo y demás condiciones mínimas para un baño adaptado ¿no? Nadie se las lee. Antes de entrar a un baño adaptado, no sabes si te vas a encontrar con una barandilla, con dos o con cinco.... La altura del wáter también es una verdadera incógnita. ¿Las barras de apoyo serán abatibles, fijas o se abaten cuando les dé la gana? ¿El wáter tendrá o no tendrá esa apertura frontal que no sé para qué diablos es pero te obliga a mear de lado? ¿El espacio para maniobrar con la silla será suficiente?

5. PESTILLOS IMPOSIBLES

He visto puzles más sencillos que algunos pestillos de las puertas de los baños adaptados. Algunos tienes que sujetar la puerta mientras con la otra mano lo giras, o lo encajas en una pequeña argolla. Vamos a ver, que la  psicomotricidad fina no es nuestro fuerte y más cuando tenemos necesidades primarias que nos apremian.

6. PUERTA NO CORREDERA

Si, puede ser una cuestión baladí pero cerrar una puerta conduciendo una silla para atrás es complicado. No todas las personas con discapacidad vamos acompañadas al wc. 

7. LUZ QUE VIENE Y VA

Que sí, que la luz está muy cara pero poner temporizador a la luz en un baño accesible es mala idea. El  tiempo que empleamos para  hacer nuestras necesidades es superior a la media. Consigue cerrar la puerta, pon el pestillo sin morir en el intento, maniobra con la silla para hacer la transferencia al wc y cuando la vas a hacer ¡la luz se apaga! Rezas para que tenga sensor de movimiento pero es obvio que no porque ya has bailado la conga para llegar al wáter.... Tiene temporizador, Y para más inri, se vuelve a encender cuando consigues abrir la puerta para salir. Por favor, en un baño adaptado es mejor poner un interruptor de toda la vida. 

8 BARRAS DE APOYO

Aquí puede que me repita pero es de suma importancia que sean dos, una a cada lado del wáter, ABATIBLES: Esto quiere decir que tú las puedas bajar y subir sin emplear la fuerza, que se queden en la posición que tú decidas. ANCLADAS CORRECTAMENTE en la pared, vas a apoyarte en ellas para maniobrar, una barra que se tambalea da mucho miedo. 

9. EL ROLLO DE PAPEL HIGIENICO BIEN LEJOS

Al situar el wáter en el centro, a veces se deja el rollo de papel en la pared en vez de en las barras de apoyo del wáter. No hace falta que especifique el problema que supone, creo.


¿Me dejo algún horror más? ¡Cuéntamelo!

Y seguro que me dejo muchos detalles y anécdotas. 

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