jueves, 3 de febrero de 2011

¿Réquiem a las siestas?

Ya expliqué hace tiempo que debía insistir bastante para que Miquel durmiera la siesta. Nunca quería dormir y me costaba hora y media o más que cogiera el sueño. Nos encerrábamos en su habitación hasta que se dormía. Eso sí, cuando se dormía era para dos horas mínimo. Me costaba despertarlo a las cinco. Si, parece absurdo marcarle tanto el horario a un niño pero si no lo despertaba a esa hora ya saliamos de noche.

Hace una semana que he cambiado de mentalidad. A las dos me llevo al niño a la habitación para que Jordi descanse para jugar con él sin pretender nada más. Mentalmente, me siento más relajada así. Ponemos música clásica y el niño juega con la “tuta” (su batuta, un palo). Le cojo y le doy teta si le veo predispuesto, si no, lo dejo (me destroza los brazos al revelarse para bajar). Así he tardado en dormirlo hora y media, lo mismo que antes pero yo no me he estresado. Pero llegó el día que no bastó ni hora y media, ni dos. Sólo se durmió a las cinco de la tarde después de ver un video de Luis Cobos ¡Viva la batuta!

Pero no ha vuelto a haber siestas desde ese día. Ni con música clásica, ni con tele, ni con batuta ni con teta. Antes de las dos procuro tener la mesa recogida y el lavavajillas puesto. Si no he podido y Jordi tampoco, le pongo la tele al niño y así me deja hacer algo. Así estoy escribiendo ahora este texto. No, no me gusta tenerlo embobado delante de la tele pero prefiero eso a que se me suba a la puerta del lavavajillas mientras lo pongo o me coja algún cuchillo. Para recoger la mesa yo pongo todas las cosas en una camarera y me las llevo a la cocina. Esto es demasiado tentador para un niño pequeño.

No me gusta que el niño deje las siestas, creo que es importante que descanse a mitad del día. ¿Ventajas? Por la noche costaba una hora o más dormirlo, ahora solo cinco minutos. No me gusta que llegue tan rendido a la cama y por eso insisto en intentar que duerma la siesta pero ¡No hay manera! A las ocho de la noche el pobre está pestuco y le dejo dormir un poco. Por la mañana a veces cuesta despertarlo a las 9’30 (su hora habitual), otras veces, se despierta antes solo.