jueves, 10 de marzo de 2011

¿Quién lleva a quién?

En la penúltima entrada os comentaba que Miquel se subía a la batería de mi silla. Le hemos reprendido cada vez que lo hacía por que nos parecía inseguro y ha desistido. Pero ha encontrado una nueva manera de ir con mamá que le divierte mucho.
Sabe que no debe subir a la batería pero en cuanto le bajo al suelo con los tirantes, se va a la parte posterior de mi silla, se coge al manillar y empuja la silla yendo él casi de puntillas pero va riendo como loco de contento. Yo no le suelto los tirantes aunque tendré que pensar en hacerlos más largos.
En estos días ha hecho muchos progresos: hizo una vez caca en el water, ya se sube y baja de la trona solo, de la cuna también ha bajado con la barandilla bajada pero no sabe subir aun. Estoy pensando en quitarle la barandilla de la cuna.
Para dormir las siestas es un suplicio. Casi nunca la hace aunque le cuesta mucho aguantar todo el día despierto. Ahora el nene se ha acostumbrado a hacer sus aguas mayores alrededor de las tres de la tarde. Esto quiere decir que le toca a mami cambiarlo y que la hora de empezar la siesta se retrasa irremediablemente. Mi método de dormirlo siempre ha sido al mismo: al pecho, cantándole suave, y a la que le veo que, dormido, suelta el pezón le paso a la cuna. No soy muy fina en el traspaso pero el niño se acomoda y sigue durmiendo. Este método hay días que no funciona. A la que inicio el movimiento de pasarlo a la cuna, se despierta y vuelve al pecho o llora ¡es desesperante! Aunque espere un cuarto de hora y parezca profundamente dormido.
Está dejando las siestas, raro es el día que la hace. Se queda adormilado en mi pecho pero a la que intento pasarlo a la cuna se espabila. El niño pesa cada vez más y por mi discapacidad me cuesta salvar la barandilla de la cuna aunque está lo más baja posible. A mi marido también se le espabila mas veces que antes al pasarlo a la cuna. Aunque al dejar las siestas no le cuesta nada dormirlo por la noche.

He intentado pasarlo de mis brazos al sofa del comedor por ser más bajo pero se me espabila igual o más por que ve que no está en su habitación y se extraña. La última vez que conseguí que hiciera siesta en su cuna fue el martes, el resto de los días medía horita en brazos y ya está.

No sé si ha cambiado de hábitos, me he vuelto más torpe, si he de quitar la barandilla de la cuna... El niño aun necesita siestas pero se niega a hacerlas.

Me gustaría conseguir dormirlo en su cuna. O sea, tumbarlo, cogerle la mano, cantarle, arrullarle y que se quedara dormido pero creo que eso solo pasa en las películas... ¿o no?