jueves, 16 de junio de 2011

Yo porteo, tú porteas, él portea....

Llevo desconectada del blog demasiado tiempo. Por dos motivos: Primero por que Miquel se resiste a hacer la siesta. Casi siempre la hace pero muy tarde o se queda dormido cuando ya lo cojo en mi regazo para salir a la calle. El segundo motivo es que el poco tiempo que me deja lo dedico a escribir. Si, quiero terminar mi segundo libro sobre maternidad. Era un trabajo que lo tenía algo parado por que se nutre del blog y ya veis como está este. No sé como finalizarlo, me encontraba estancada.
Pero tuve una buena idea: Elaborar un apéndice sobre porteo: Historia, tipos, maneras... Y ha sido zambullirme tímidamente en el tema y encontrar un océano inmenso por describir. El porteo de los niños ha sido tan natural como respirar desde la prehistoria y cada cultura ha encontrado su manera de llevar a los niños demostrándoles afecto y cariño. He encontrado mucha información y más que espero descubrir. Yo me adentré en este mundo por que no podía llevar el carrito pero después descubrí todos los beneficios que conlleva llevar a tu hijo pegadito a tí y lo agradable que es. No es solo una manera de llevar a tu hijo, es una manera de vivir la maternidad. Los beneficios son múltiples tanto para el niño como para el porteador.
Me gustaría recoger testimonios de diferentes lugares del mundo con diferentes portabebés y describir si estos son adecuados para un porteador discapacitado o no.
Hablando de porteo, lo estoy dejando... ¡Es broma! Me encanta llevar a Miquelet en mi regazo pero es cierto que últimamente le pongo más los tirantes para que camine a mi ladito o “empujando” mi silla que le encanta. Durante una temporada, no lo hice por que el niño se subía a la parte trasera de mi silla y no me parecía seguro pero ¡he encontrado la solución! Mejor dicho, la encontró Miquelet: Un día lo bajé y antes de que me diera cuenta registraba mi bolso y cogía el paraguas. Fue todo el camino jugando con el paraguas y se olvidó de subir a mi silla. Así que ahora siempre salimos con algún juguete para que juegue mientras camina a mi ladito. Le he comprado un juguete de los que se arrastran por el suelo con un palo y le encanta. Excepto ayer, antes de salir de casa encontró un hilo y se pasó el camino jugando con el hilo mientras yo cargaba como podía con el juguetito rodante…. Para que luego digan que los niños son exigentes. Pero una cosa queda clara: si él va ocupado con el juguete le pide al abuelo o a la abuela que empujen mi silla, si no, no va a gusto (mi silla es electrónica).