viernes, 17 de abril de 2009

La naturaleza es sabia, afortunadamente

Esta Semana Santa ha sido un alivio tener a Jordi en casa y él ha disfrutado de las sonrisas mañaneras de Miquel y las ha inmortalizado con sus cámaras (casi lo mato cuando se le escapaba el flash). He descansado algo aunque la que se despierta y se levanta por las noches a darle el pecho soy yo.

La lactancia se estaba volviendo insoportable. A pesar del sacaleches yo seguía con los pechos doloridos y a punto de reventar. Intocables bajo pena de alarido de dolor y Miquel me hacía daño cada vez que mamaba. La situación era insostenible ¿mastitis? no creo por que ya me preocupaba yo de vaciarme bien. La lactancia no funciona y estoy por tirar la toalla, se lo diré al pediatra.

Pero el miércoles me levanté con los pechos relajados y sin dolor. Había desaparecido toda la inflamación tipo balón de silicona y volvía a reconocer mis pechos de siempre ¿qué había pasado? ¿me había quedado sin leche? Pongo a Miquel al pecho esperando ver su desesperación al no encontrar nada y, sorprendentemente, veo que se engancha sin dificultad (ya no está la inflamación que se lo hacía díficil) y mama relajadamente largo tiempo y sin hacerme daño ¡alucino! Hablando con madres con experiencia descubro que el milagro consiste en la regulación de la producción de la leche con la demanda real ¡por fin! Evidentemente, me olvido del sacaleches ¡yupi!!!!!

Ayer tuvimos control de peso. Yo iba super tranquila. Sé que ha ganado peso por que ya me cuesta mucho cogerlo y come como una lima. La única pega es que sigue poniéndose muy nervioso al pecho por las noches y he de darle un biberón en defensa própia por que no le llega con los dos pechos. Me da un poco de rabia estos controles, ni que fuera un pavo para navidad... Pero superamos la prueba ¡4 kilos 300! Con razón me pesa tanto. Esto me preocupa por que, evidentemente, cada vez pesará mas y me costará mas. Y darle el pecho será mas complicado aunque si le doy el biberón también he de cogerlo en brazos, y para cambiarle los pañales y para mimarle... Claro que la manipulación que se requiere para dar el pecho es importante pero intentaré buscar las maneras.

Miquel ya sonrie y habla a su manera. Te mira y parlotea "aga" "agu" "aca""rrrr". Es algo mágico cuando me mira a los ojos y se humedecen los míos.

lunes, 13 de abril de 2009

Superada la cuarentena

Hoy Miquel cumple 44 días. Esto quiere decir que yo ya he pasado la cuarentena y mi cuerpo ya se ha recuperado del parto. Por un lado, se me ha pasado volando y por otro muy lento. Ya no tengo tiempo apenas de meditar y divagar como hacía durante el embarazo con vosotros.
Cuando estaba embarazada, me preocupaban algunas cosillas que ahora he comprobado que no suponen ningún problema: Temía que mis dos periquitos chillones me despertaran al niño durante el día y es justo lo contrario: parece que le adormecen (como los estuvo escuchando durante todo el embarazo, ahora le tranquilizan). Me preocupaba que después de tantos meses moviéndome con mas torpeza de la habitual, me costara mas hacer las cosas y pasó justo lo contrario: Al no tener la tripa de un día para otro me noto mas ligera y todas las precauciones que tomaba durante el embarazo me hacen moverme ahora de manera mas segura. Y, por último, el tema del sangrado vaginal me ha durado casi 35 días pero realmente ha sido muy leve y no me ha supuesto muchas molestias. Es curioso que lo que no me preocupaba en absoluto es lo que mas quebraderos de cabeza me está dando: la lactancia.
Miquel está ganando peso a ojos vista, por ese lado estoy tranquila pero yo estoy echa polvo. Me pongo Purelan en los pezones y no tengo grietas pero aun así tengo molestias. Miquel me hace daño según como mame. Ahora he probado de darle de mamar en la cama y la cosa ha mejorado. Es sencillo: Acostada de lado con el niño mirando hacia tí le ofreces el pecho y después cambias al niño de lado para el otro pecho. Así me lo enseñaron en el hospital pero en casa lo de cambiar al niño de lado me parecía complicado. En el foro de Crianza Natural me explicaron que ofrecerle el otro pecho era cuestión de ponerse boca abajo encima del niño ¿...? ¡No me atrevo! Así que, como siempre, a inventar una técnica alternativa. Hoy he probado de poner al niño encima de mi brazo, ponerme lo mas de lado posible para acercar el pecho contrario a la boquita de Miquel y ¡Ha funcionado!
Realmente, la lactancia materna es agotadora y no tiene horario fijo. Cuando Miquel pide hay que darle y no sabes cuánto tiempo va a estar mamando. Después me paso un buen rato en el sacaleches para evitar la mastitis y guardo la leche adecuadamente. A continuación, esterilizo todos los componentes del estractor. Total, me paso medio día o mas "dándole" el pecho a Miquel. Me siento algo culpable cuando envidio a las mujeres que le dan biberón a su hijo. Tienen horario fijo, no tienen dolores, en cuestión de un cuarto de hora ya han cumplido y saben a ciencia cierta lo que ha comido su bebé. Si, sé que la leche materna es lo mejor que le puedo dar a Miquel y yo tengo leche para darle, así que no soy capaz de decidir dejar la lactancia materna sólo por mi comodidad.

Confieso que los primeros días era como una loba, no quería que nadie le hiciera nada al niño: lo vestía yo, le cambiaba yo los pañales y casi no aceptaba ayuda. Ahora, entre que ya me he demostrado a mí misma que puedo hacerlo y entre que estoy mas cansada, me he acostumbrado a delegar tareas. Si hay que cambiarle el pañal al niño y a la abuela le hace ilusión ¿para qué se la vamos a quitar?