sábado, 9 de febrero de 2019

El origen de todo

Se considera perfectamente normal que una persona espere tener cierto éxito en la vida en diferentes áreas: académica, laboral, sentimental... Triunfar en una de ellas no apaga el deseo de triunfar en las otras. Esto se considera normal y es loable que una persona aspire a conseguir sus sueños en diferentes áreas. No siempre es posible, evidentemente, y esto puede generar frustración. Pero ¿Estas mismas premisas se dan cuando se habla de una persona con discapacidad? Yo creo que no. Cualquier logro en su vida ha sido conseguido después de un gran esfuerzo. En la sociedad en que vivimos, aún es noticia los méritos académicos de personas con discapacidad. Aún sorprende cualquier actividad que no encaje con la idea paralizadora que conlleva la discapacidad. Y si entramos en el terreno de los sentimientos.... Ya se acepta con bastante normalidad que una persona con diversidad tenga pareja pero aún subyace la idea inconsciente que esa vida en pareja no puede ser completa. Ya no te lo dirán abiertamente, quizás, pero a poco que escarbes, descubrirás esa idea subyacente. El tema de la sexualidad, afectividad y discapacidad da para todo un blog (de hecho, ya existe) pero aquí nos saltamos ese capítulo y vamos directamente a la decisión de ser padres. Una auténtica locura en nuestro caso.

En los últimos años se ha abierto el abanico de posturas ante la maternidad: Estas van desde las que apoyan el concepto de maternidad como algo biológico e intrínseco de la mujer, como un reloj biológico ineludible hasta la filosofía nihilista que no encuentra necesario procrear e incluso es algo negativo para nuestra sociedad.

Se podría decir que la periodista Samantha Villar fue la que se atrevió a decir públicamente que la maternidad no es tan idílica ni maravillosa como nos querían vender. Tiene mérito dar voz a todas esas madres atrapadas en maternidades reales pero yo me pregunto ¿Si ella o sus pequeños tuvieran una diversidad? ¿Hubiera tenido el mismo eco? ¿O se menospreciaria su mensaje por que su experiencia estaria más condicinada por la diversidad que por el estrés propio de ser madre?

Sorprendentemente, he descubierto que una madre o un padre con discapacidad puede que tampoco despierte empatía dentro del colectivo de personas con discapacidad. He leído ideas escritas por personas de este colectivo que definen al hij@ como una simple carga para la familia o como un asistente de su progenitor. Esta idea me alarma bastante ya que se aleja bastante de la realidad y está claro que no ha sido meditada ni documentada antes de ser publicada.

Esto es un simple boceto de lo que podemos encontrar en la actualidad. Así podemos ver lo alejados que estamos de la "normalidad".