miércoles, 7 de marzo de 2012

Crianza sin la teta

Si, lo sé, no es imposible y hay millones de madres que la practican desde el primer día pero para mí es  algo totalmente nuevo. Llevo utilizando la teta de  muy diversas formas toda la vida  de mi hijo y él encontraba en mi pecho consuelo, tranquilidad, entretenimiento, bebida y comida entre horas... ¿Cómo sustituir todo  esto de golpe?

Antes de nada tengo que decir que mi hijo ya está completamente sano. Después de las pruebas oportunas se descubrió que todo se debía a una bacteria alojada en su intestino delgado y que expulsó gracias a los prebióticos que le recetaron en el  hospital. Darle el pecho o no dárselo no influyó para nada en su mejora  pero eso lo descubrí una semana después de cortar la leche. ¿Da un poco de pena? si ¿Me arrepiento? no. Por que aunque fueron unos días difíciles mi hijo recuperó el apetito rápidamente y yo he dejado de dar el pecho que es lo que quería desde hace muchos meses.

De repente te das cuenta de que pierdes un recurso valioso y tu  hijo está hiperdemandante. Esa mamitis que la gente achaca a que todavía le das teta se agudiza aun más cuando ya no hay teta ¿Curioso, no? Tu hijo está recuperándose de una enfermedad y le quitas su mayor consuelo. Evidentemente, lo tienes que suplir de  mil maneras: brazos, besos, mimos, colecho... Así que hemos pasado una etapa de mamitis aguditis sin teta bastante fuerte. Miquel intentaba mamar en cuanto podía pero yo no le dejaba, me cansé de la mentira de que tenían pupa y le dije la verdad "están vacías, ya no hay nada, lo siento". Miquel insistía tanto que una tarde diez días después de sentir mis pechos vacíos, me la jugué: Le dejé mamar. Si, sé que no es correcto pero pensé que debía darse cuenta de que ya era absurdo que buscara algo que no había. Rezando para que esto no activara la producción de leche, le dejé mamar. El  niño mamó durante unos segundos de una teta, se apartó extrañado y se fue a la otra. Después de  unos segundos se retiró y se fue a jugar. Fue una experiencia muy rara: mi hijo estaba mamando  como tantas veces lo había hecho pero me parecía una situación tan surrealista como si me estuviera mamando del codo. Fue extraño y triste, la verdad. Nunca más ha vuelto a insistir y cuando me toca las tetas me dice "están vacias, no hay nada"

El día a día sin la teta es más duro, la  verdad. Me cuesta mucho más levantarlo por las mañanas de la cama aunque le encanta su colacao con cereales y ahora, un mes después, empieza a salir de ese mamitis superlativo que no me dejaba separarme de él. Para dormir la siesta le cojo en brazos y le canto hasta que se queda dormido, a veces me toca los pechos. Ahora he de respetar más que nunca su falta de ganas de dormir por que  no tengo nada que lo retenga en mis brazos salvo el sueño y  mi nana (que es de andar por casa). Por las noches, le acostamos y nos pide un cuento. Primero se lo cuenta su padre y después le cuento yo otro. El proyector de luces ayuda pero no lo quiere si ya está a punto de dormir. Dejar el colecho no supuso gran  problema. Volvió a dormir en su cuna sin problemas. Hace meses me preguntaba en este blog cuando podría dormir al niño dentro de su camita sin tener que sostenerlo en brazos. Ya tengo la respuesta.

Es una etapa diferente: Hemos perdido una forma de relación maravillosa pero podemos descubrir muchas otras.