28 semanas y un día. Empiezo mi septimo mes según las expertas y asi, el último trimestre. Parece que no queda nada pero yo lo veo como una eternidad. En el plazo de esta semana no he tenido ningún control médico pero para que no me desacostumbre mañana tengo analítica y pasado privado. He de llevar mas control de la agenda ahora que cuando iba a la facultad.
En esta semana Miquel me ha demostrado sobradamente que le encanta jugar al pinball con mi utero y cuando acierta en la vejiga ¡Premio! La mami corriendo al baño. Realmente, al cabo del día me come toda la energia. Cual vulgar sim, a las cinco de la tarde mi barra de energia está bajo mínimos.
El miércoles llegó el carrito. Verlo en casa la verdad es que impresiona bastante, aqui, dentro de nada, habrá un niño viviendo y te das cuenta de todo lo que les hace falta. Hicimos todas las pruebas y combinaciones posibles a ver como quedaba aunque aun nos falta el examen final: anclar el portabebé en el asiento del coche.
El domingo llegó el gran día de hacer la canastilla para el hospital. Quizá parezca muy pronto, pero es algo que no quiero dejar para última hora. Por dos razones: cuando me ponga de parto quiero las mínimas preocupaciones: meter neceser y zapatillas y resoplar. Y segundo: como es lógico, no sé cuando me pondré de parto. Además, así me he dado cuenta de que Miquel no tenía tanta ropa como pensaba. Todavía he de comprarle camisetitas de algodón, alguna toalla, un abriguito. Asi que he hecho las dos bolsas, la que irá a sala de partos y la que va a la habitación.
Y aqui sigo, con mi bola de acero como barriga que cada vez me límita mas para vestirme y hacer cosas, con mi cuenta atrás, con mi niño que aun no domina el código morse aunque no será por que no lo practica: patada, puntapie, cabezazo...He estado un par de días muy mareada de tantas vueltas que da este crio.
Este blog recoge información útil y experiencias de maternidades diversas. Se tratarán temas como las discapacidades de los hijos o de las madres y padres. También temas relacionados con la discapacidad en la vida adulta.
3 comentarios:
Me hace mucha gracia el inicio de tu entrada: "28 semanas y un día"
¿Sábes a que suena eso? pues te lo diré. Cuando el juez promulga sentencia, si ésta es muy grave, l declara con 3 años y un día, o 9 meses y un día, tal vez 32 años y un día y, ese día, precisamente ese día es lo que le da caracter de condena mayor, de las que no se les rebaja ni tan solo un día, aparte resulta que no es como literalmente dice, pues ese día nadie más que el propio juez sabe cual es, podría ser 1 día, 1 semana, 1 mes... solo el juez lo sabe, así que no me he podido reir más contigo, que no de tí ¿eh? ¡no confundamos!
Pues si, chica, sí. Esto que te pasa a tí es algo tan largo como un embarazo... ;-)) pero no pasa nada, que lo tienes a la vuelta de la esquina y verás que contenta que vas a estar.
Piensa que lo que te está pasando a tí, otras muchas, miles, millones de mujeres ya lo han pasado y seguirán pasándolo, así que, descansa y resopla que eso te ayudará mucho cuando llegue el momento, pero eso sí, de manera acompadada, como te están enseñando en el cursillo ¿porque lo estás haciendo, verdad?
Gracias, Teuladi, por tus comentarios. Intento que este diario provoque alguna sonrisa y me alegra ver que lo consigo. Creo que el humor es la mejor manera de afrontar las cosas. A medida que avanza el embarazo se hace mas patente el handicap de mi discapacidad pero también se hace evidente algo tan maravilloso como el milagro de la vida, como un torrente avasallador.
el único problema es que la avasallada soy yo.....
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