miércoles, 11 de marzo de 2009

Miquel cumple 11 días

y esta mañana se le ha caído el cordón umbilical, se nos hace mayor... Apenas tengo tiempo de conectarme y mucho menos de mantener este blog al día pero se intentará.

El domingo día 1 me sacaron la sonda de buena mañana y me dijeron que ya me podía levantar y hacer pis en una botella para comprobar que orinaba bien. Tenía una venda en la cintura que cubría la cicatriz. A mí me daba miedo moverme por si se abrían los puntos o algo pero una enfermera me dijo que el límite lo ponía yo y que no me preocupara de mas. Miquel estaba dormido o se despertaba para pedir teta. Las enfermeras me enseñaron como ponerlo al pecho pero el crio se desesperaba por que no sacaba nada o eso creía yo. No me consta que le dieran alimento alguno a parte de mi pecho, así que algo debería de haber aunque para conseguir algo tuviera que estar horas y horas. Pronto me hizo una herida en el pecho derecho pero la mejor manera de curarla era seguir dando teta ¡AY!!

El trato por parte de las enfermeras fue inmejorable. Teniamos una habitación individual bastante amplia con sofa y todo. El baño era un poco pequeño y sólo con una barandilla. Suerte que me llevé mi andador. El lunes me lavaron las enfermeras pero después me dijeron que había una ducha adaptada y que me podía duchar sin problemas. Me quitaron las vendas pero no me atreví a mirarme la cicatriz hasta dos días después. Jordi me decía que era gigantesta con el buen proposito, según él, de que cuando me atreviera a mirarla viera que era ridícula. Así que me decidí a mirarla levantando la barriguilla fofa. Realmente, no era para tanto: Unas siete grapas justo en la línea del bikini. Si lo pienso, la cicatriz mas bonita que tengo.

Miquel se mostraba muy nervioso, le costaba coger la teta y el sueño. Eso si, toda la mañana dormía como un bendito (justo igual que dentro de la barriga) Habíamos decidido no ofrecerle chupete hasta que no cogiera bien la teta o nunca aunque esa última opción era muy optimista. Así que Miquel berreaba desconsolado a la mas mínima por el día y por la noche. Si se cogía a la teta, bien, pero si no.... El papá le cambiaba los pañales y nos asustamos por que en un día entero no parecía que hubiera meado ¡horror! Cada media hora mirandole el pañal, hasta las enfermeras le colgaron una bolsita de sus genitales pero nada, límpia. Realmente, debió ser muy incomodo para él por que a partir de ese día no desaprovecha cambio de pañal para mearse cuando tiene espectadores. Ya nos ha bautizado a todos.

En una ocasión, dejamos a Miquel con las enfermeras para pasear un poco en el pasillo, al volver lo vimos rodeado de enfermeras dandole mimitos y ¡con un chupete en la boca!. Dice Jordi que puse una cara de asesina... Pero, la verdad, es que no ha dificultado la lactancia. Sólo lo coje para quedarse dormido y después lo escupe ¡chico listo! Pero ponerle al pecho era sinónimo de ponerle nervioso, se ponía a buscar aquí y allá. Terminaba "mamando" desesperado de mi brazo, mi vientre, de su mano... y como no sacaba nada pues mas deseperación. Era realmente estresante.

El jueves nos dieron el alta. Una vez en casita, Miquel se dedicó a dormir y a intentar mamar. Nos sentíamos muy inseguros. Me dolían horrores los pezones y, lo mas preocupante, no estabamos seguros de que Miquel se alimentara correctamente, así que ante esta duda no hay principios que valgan. Jordi fue a la farmacia a por un sacaleches manual y biberones. Como tenía herida en los pezones, la estracción fue bastante dolorosa pero conseguí suficiente leche para calmar a Miquel. El viernes tuve que volver a sacarme leche y darsela en biberon aunque seguía poniendole al pecho y curandome las heriditas del pezón. Por las noches, le daba el pecho por no tener que estar media hora con el sacaleches y Miquel se cogía. Parece mentira pero en cuestión de dos días, todos los problemas han desaparecido. Miquel es ahora todo un experto en cogerse al pecho y a mí apenas me duele. El sacaleches y biberon han quedado guardados en el armario.

Esta semana está siendo de locos con la burrocracia de fichar al niño en todos los sitios. El lunes fuimos al registro civil y a sacarme los puntos. El martes, a la Seguridad Social. Hoy, al padrón... Suerte que el niño y yo sólo tuvimos que ir al Registro cívil pero Jordi está dando mas vueltas que un mono.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Estrella ¡Las meaditas tienen que ser de lo más tierno!Grabarlo en vídeo; luego le hará mucha gracia verlo.
Todo va bien(se alimenta estupendamente), y ya con sus once días. ¡Como pasa el tiempo!
Besos.
(Inma)

Anónimo dijo...

muy bien!! este niño es listo y muy guapo!! ya te dije que en la eco prometía bastante :-D

un besote, mj

Mª Ángeles dijo...

Después de leerte, me he quedado así como abobada y por un buen rato, quieta y sonriente, con cara de estar viendo a Miquel buscando y agarrándose a la teta, bautizando a la familia antes de que le bauticen a él y al padre y a la madre enternecidos por tan bonitos momentos, no sabiendo si creer si le tenéis o le soñaís, al descubrir que vuestro pequeño es un milagro más de la sabia naturaleza

Seguiros disfrutando mucho los tres y de paso una escapadita por aquí, cuando el pequeño Miquel duerma, que no queremos perdernos esas satisfacciones. Aunque sean en diferido, no veas como reconfortan y alegran.

Besos.

Teuladí dijo...

El chupete si puede pasar de el mucho mejor. No es necesario y sin embargo a la larga resulta un incordio. Lo mismo que los movimientos esos que hacían las abuelas, pasito adelante con el vaivén, pasito atrás venvai, como si quien sujetase al niño tuviese azogue. Mirar, el niño no quiere meneitos, lo que quiere es que se le tome en brazos para sentir los latidos de la madre, pues corresponde al sonido de su corazón que siempre ha escuchado en su vientre, así cuando lo tomas contra tu pecho, aun no moviéndolo, ya queda tranquilo y poco a poco se apacigua y duerme. Así pues, 1ª lección: ahorrar energías suspendiendo el meneito.
Lo de ser bautizados por Miquel, de eso creo que nadie se escapa, pero imaginaros a un padre quitándole el pañal con su caquita y pipí, todos incluidos y después de limpiarle el culito, secarselo y hasta casi perfumarselo, llega y le plantifica un beso en su culito y ¿que pensaréis que le hizo el niño?... pues ¡cagarse en su padre!, así de sencillo y no es que el niño supiese hablar y pronunciase aquellas impresentables palabras, no. Es que en aquel preciso instante le dió por evacuar su barriguita y menos mal que no estaba en situación de tragabolas, si no me hubiese dado un pasmo, jajaja. Así que, Jordi, mucho cuidado donde besas a Miquel ¿eh?
Experiencias aparte, deciros que al igual que Inma y Mª Ángeles, leeros e imaginros el cuadro que presentaréis los tres en más de una ocasión, es para quedarse con la boca abierta (ni se os ocurra cuando le cambiés un pañal) pues son una gozada así de chiquitines, tan tiernos, tan indefensos... ¿pero como no vamos a sentirnos embobados?
Por lo demás, creo que lo estáis haciendo muy bien; como todos, que no es poco. Seguir disfrutando de Miquel y seguir contándonos cositas que esto no ha hecho más que comenzar.