domingo, 28 de febrero de 2010

Muchas gracias, papá

Desde que nació Miquel, he tenido varios desencuentros con mis padres que se han ido solucionando, poco a poco. Pero con mi padre, especialmente.

Él ha sido especialmente crítico y duro con mi idea de llevar a mi hijo conmigo en la silla, utilizando formas realmente ofensivas. Le dí un toque de atención y se disculpó pero nunca he oído de su boca una palabra de apoyo o de alabanza hacía mí como madre. No necesito que me alaben por cuidar de mi hijo, pero quizá viniendo de mi padre, alguna vez, no me iría mal.

Le he avisado varias veces que no me siento querida ni respetada por él ni como hija ni como madre y su reacción ha sido la indiferncia. Sí, me ha dado más conversación, ha aceptado la mochila... poco más.

Ayer, en el primer cumpleaños de mi hijo, donde estuvo parte de la familia de Jordi, hubiera sido un buen momento para limar asperezas sólo con decir verdades. Mi padre estuvo especialmente elocuente. Era evidente que se le caía la baba con su nieto. Según parece el niño juega gracias a él, él le da de comer, camina gracias a él, pasea gracias a él y se porta muy bien cuando él le cambía los pañales. Ah! eso si, para dormirlo, la experta es la abuela. Ahí mi madre intervino para decir que se duerme mejor conmigo al pecho ¡Menos mal que, según parece, hago algo!

Bien, para empezar, mi padre le habrá cambiado los pañales al niño unas diez veces en todo el año. Hace un mes o así que he conseguido que mi padre llegue más tarde (ya lo sabeis) y se encuentra al niño alimentado, cambiado (a veces, dos veces) y jugando con su madre. Cuando él llega, yo aprovecho que juega con él para vestirme y desayunar (que también lo he hecho con el niño conmigo). Pues bien, después soy yo la que le preparo el biberón y se lo da. Entonces, él sigue jugando o caminando con él, si bien al niño no le entra mamitis o se pone pesado como dice mi padre.

Salimos a dar una vuelta con el niño encima mío o en el carrito, según me apetezca. Bueno, no es que no me apetezca llevarle, si no quie yo considero que a él si que le apetece llevar el carrito o a mí me apetece andar. Y lo de dormirlo, ni si quiera se intenta por la mañana. Si se duerme en el paseo, bien. Generalmente, si le da la papilla del mediodía el abuelo, ya que yo ayudo a mi madre en la cocina. A la tarde, se la doy yo casi siempre y después, depende de la tarde, mi padre y mi madre juegan con él o lo duerme mi madre, si al niño le apetece mientras yo me ducho. Pero el gran marrón de dormirlo en la siesta y en la noche, le toca a su madre y a su padre, respectivamente. Cómo es natural. Bastante poco disfruta mi madre del niño por ayudarme a mí con la casa, siempre se lo digo. Por razones obvias, el niño ha practicado más con él que conmigo el andar, pero últimasmente también lo hace con el andador.

Esto es así, no quiero medallas por ello, lo hago superfeliz pero tampoco quiero desprecio, vacío. Y duele que mi padre no me reconozca nada de nada en un día tan señalado después de las discursiones que hemos tenido por el tema. Me duele mucho.

Si, ayer hiciste el discurso de abuelo del año y puede que lo seas pero, como padre, estás fracasando estrepitosamente.

4 comentarios:

mj dijo...

¡¡Eses la mejor!! Siempre lo he dicho y tb ¡¡eres la mejor madre para Miquel!! Arriba esos ánimos, mil besos

Anónimo dijo...

Trellita, la familia sois los tres!
Cuando quedé embarazada, mi hermana me hizo polvo con sus comentarios (embarazada, estando yo de la forma que estoy...que existen métodos anticonceptivos y similares lindezas), con la prepotencia que hablaba, Madre del Amor hermoso, lo que se explayó y la cantidad de burradas que soltó por la boca,QUEDÉ VACUNADA DE POR VIDA!
Ni caso, Trellita, Eres la Mejor Madre del Mundo, como yo espero serlo algún día!
Besos

Estrella dijo...

Quítemosle ya el sentido irónico del título que escribí desde la rabia. A mi padre le dí a leer el texto y se quedó pasmado por que ¡no se había dado cuenta! Increible pero cierto.

Es un magnifico abuelo y está intentando ser un buen padre. Aunque aprender eso a los sesenta y pico no es fácil. Y puede que en algo me haya pasado. Ha cambiado los pañales a Miquel muchas menos veces que yo, lógicamente. Pero pasarán de diez ¡lo siento, no tengo un cuentacambiapañales!!!!!!!!!!! Y aquí no importa la cantidad, si no la calidad y, de momento, lo de jugar con Miquel se le da bastante bien.

¡Gracias, papá, por ser un buen abuelo e intentar acercarte a mí!

Anónimo dijo...

Trellita,si ya lo has solucionado, sugerencia, borra la entrada.Besos