Quizá con un niño de 22 meses sea algo pronto pero he empezado a guardar sus cositas con cariño. Son recuerdos que no quiero que se olviden. Tengo la ventaja de tener el libro ya editado pero aun así hay cosas muy íntimas y personales.
En esa caja he metido un album con las ecografias, ese primer chupete que le dieron las enfermeras del hospital sin mi consentimiento, el album de fotos que le hicieron en el hospital (por el "módico" precio de 30 €), el primer "juguete" que le entusiasmó (una caja de gomilonas vacía), postales y calendarios que le hemos hecho... Me falta localizar el CD de Eurovisión 2008, nos guste o no, fue la banda sonora de sus primeras horas de vida. También las canciones que le ponía en la tripa... La caja es grande pero pronto se quedará pequeña.
Y es que es increible todo lo que hay que recordar, todo lo aprendido y todo lo disfrutado. Los asngustiosos inicios de la lactancia que auguraban una lactancia marterna corta y ahora resulta que Miquel se engancha a la teta a la más mínima ocasión. El buscar las maneras de hacer las cosas lo más simple posible...
Vaya, parece que las Navidades me ponen melancólica.
3 comentarios:
Eres muy resumida, son 22 meses de vivencias y recuerdos de lo vivido. A Miquel de mayor le encantarán los pequeños tesoros, retazos de recuerdos emotivos.
Te doy toda la razón del mundo. Pero te puedo explicar el motivo. Un día se me ocurre la idea para escribir aquí y la voy trabajando mentalmente (un mensaje larguísimo). Ese día no tengo tiempo de escribir por que la siesta del peque es minúscula, otro día me voy a equinoterapía, otro día la aprovecho para hacer cosas de casa... Después de tres días encuentro tiempo e intento ser sintética para publicarla antes de que el peque despierte. Esa es la cruda realidad. O la voy escribiendo en días o no hay manera de hacer esas entradas quilométricas que hacía embarazada. ¡Es la vida!
Yo también tengo esa cajita de recuerdos, la pinza del cordon, la pulserita de la UCI neonatal que se le caia (era deamasiado pequeña) y que yo siempre dejaba bien a la vista para que nadie creyera que no era identificable, que podian llevarsela sin darnos cuenta, cosas de la guarde… y un diario. Escribo un diario desde que supimos que el embarazo seguiria adelante y aun lo mantengo. Aunque las entradas empiezan a ser cada 6 meses (¡) jejeje yo tambien creo que les gustara ver estas cosas cuando sean mayores. Mi madre perdio las mias, y es una penita no poder tenerlas ahora.
Ya ha salido a la venta el libro? (me encanta la portada)
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