Después de pasar unos días de vacaciones en Galicia y por Barcelona, empezamos la adaptación escolar. Miquel va a un nuevo cole y después de ir tres días conmigo y estar juntos toda la mañana, hoy se ha quedado en clase y yo me he ido. Con pucheros, no ha llorado. Un gran avance si lo comparamos con la adaptación de hace un año. A la tarde volvimos juntos. Para Miquel es toda una novedad ir al cole por la tarde y aunque le costó salir de casa dejando por ver por vigesimo quinta vez su querida Bella Durmiente, se quedó tan feliz jugando en el patio.
Las vacaciones las hemos repartido entre el pueblo y una semanita en Barcelona disfrutando de la piscina. En los dos lugares hacía un calor sofocante ¡se acabó el frio gallego! Allí me enfrenté a las ya conocidas barreras: escaleras y demás. Mi casa este año ya tenía baño adaptado y barandillas pero para moverme fuera solo tenía mi andador de dos ruedas ¿Resultado? ¡Muñecas destrozadas! Vuelve a mi mente la idea de la silla bici pero no desde el complejo de no hacer ejercicio, si no como una alternativa divertida a una silla manual. Una silla electrónica no podría dejarla parada todo un año. También podría alquilar una allí pero no me gustaría que fuera electrónica. Pido mucho ¿verdad? Seguimos buscando una solución...
Volver a Barcelona para seguir disfrutando de las vacaciones casi fue un alivio. Me da pena reconocerlo. Aquí si que pude acompañar a mi hijo y mi marido a la piscina y disfrutar del baño. Ir al Tibidabo, ir a ver el cole nuevo de Miquel.
El cole nuevo de Miquel es nuevo y el edificio es bonito. Tiene un gran patio y uno más recogido para los niños de preescolar. Todo adaptado y cumpliendo las normativas pero tiene un pequeño problema. Se encuentra en una calle muy empinada, cuyas aceras tienen varios vados hechos de mala manera ¿Cual es el problema? Las aceras se convierten en una pista de patinaje para la silla de ruedas y he de ir por la carretera con el consiguiente riesgo. El problema se ha notificado al ayuntamiento y me han prometido una pronta resolución. Por el momento, consigo que el niño siga por la acera mientras yo recorro un tramo por la carretera.
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