martes, 3 de enero de 2017

Nuevo año y muchas dudas

Hundida en el inmenso azul. Balanceada por su marea me alejo y me acerco a mis objetivos. Me vuelvo a alejar constantemente a pesar de mis esfuerzos. Una lucha sin fin, sin bandera, sin ejército. Y un solo enemigo: el autismo.

Este año que acabó ha sido duro. Ha estado plagado de intentos, deseos, pruebas, cambios, estrategías para el avance escolar y social de mi pequeño. Algunos han dado resultados y otros, no. Hemos visto como parecía centrarse mas en el colegio, como parecía estancarse con su terapía psicólogica, como parecía avanzar con la logopeda y como volvía a encerrarse.

Ha sido un año díficil de avances y retrocesos, de ahora si y ahora no. Considero la lectura como la base del conocimiento y esta se nos resiste. Aunque Miquel es un gran aprendiz cuando el tema le motiva, leer no le motiva en absoluto.  El segundo curso de primaria ha sido duro para él. Su tutora me lo alababa diciendo que se esforzaba por seguir el ritmo. En la visita casi anual de octubre con la psicóloga del seguro, ésta me volvió a sugerir la medicación para mejorar la concentración y yo me volví a negar. Pero de un día para otro, todo cambió. Mi hijo se sentía perdido, me confió que no podía hacer nada a nivel escolar, me decía que su mente se había quedado en blanco y que no podía aprender más. Incluso me dijo que era tonto. Ahí lo ví claro, había llegado el momento de contarle a Miquel lo que era el TEA. Era urgente. Solicité ayuda al SCMIJ donde va al grupo de juego. Lo único que conseguí es una cita para tres meses después (dentro de una semana). Así que volvía a estar sola ante un problema de mi hijo. Afortunadamente, via foros de Facebook, me aconsejaron cuentos y videos para explicarle el autismo a mi hijo. Cogimos libros en la biblioteca pero lo que verdaderamente funcionó fue el video cuento El cazo de Lorenzo. A mi hijo le entusiasmó el cuento y se sintió identificado. Me hizo muchas preguntas a las que respondí como buenamente pude. Le tuve que aclarar que no era tonto, que su cerebro era muy inteligente pero guardaba la información de una manera diferente y por eso, a veces, le costaba encontrarla cuando la necesitaba. Creo que no hice  mucho hincapié en el término "autismo", quizás sea pronto para él pero lo que quedó claro es que el niño quedó satisfecho y visiblemente aliviado. Volvió a rendir en el colegio como antes.  Pero quizás no fue suficiente y tuve que oir una sugerencia que jamás hubiera esperado: Valorar la posibilidad de llevar a Miquel a un colegio especial o  de educación  compartida. Ese golpe fue brutal e inesperado ya que justo hacía un mes había firmado el PI y la tutora me aseguró que trabajaba muy bien, incluso este año cuenta con un velador unas horas a la semana.

Se me dispararon todas las alarmas. Un cambio de colegio supondría un cambio bestial para mi hijo, un cambio de colegio supondría un cambio bestial para mi. A veces me olvido de mencionar mi diversidad funcional pero esta es considerable y la rutina de cada día ya me deja agotada. Y esta consiste en llevar a mi hijo al colegio del barrio. Coger dos autobuses para llegar al colegio (en el mejor de los casos) a diario lo encuentro hoy en día, misión imposible. Y estamos  hablando de un cambio, un gran cambio. "CAMBIO", la palabra maldita en el mundo azul                
No lo tengo nada  claro. Me siento entre la espada y la pared: Me ofrecen medicación para mi hijo, me ofrecen un cambio de colegio y no quiero aceptar ni una cosa ni  otra.  He optado por pedir otra opinión y estoy esperando cita con el neuropediatra, he optado por volver a buscar terapía psicólogica para mi hijo....

El tema de la medicación es muy delicado. Ningún padre medica su hijo por gusto y hay que estar muy seguro para empezar. Nosotros esperamos no tener que dar ese paso. Mi hijo no presenta conductas agresivas, ni ansiedad ni otras que podrían justificar su medicación. Este año hemos empezado a darle melatonina para ayudarle a conciliar el sueño (habitualmente podía tardar dos horas en quedarse dormido) y DHA (un omega3 que ayuda al desarrollo cerebral) pero de ahí a pasar a otro tipo de medicación.... Dudas, muchas dudas.

Seguiremos navegando y naufragando pero siempre hay que volver a subir a la barca y elegir el rumbo.



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