Hoy hemos ido al ginecólogo. Realmente, para ser un hombre parco en palabras, nos ha tranquilizado muchísimo y nos ha dado mucha información con ayuda del cuestionario que ya llevabamos preparado.
Miquel está perfecto, sólo que aun no se sabe si se ha equivocado de sitio a la hora de colocar el riñón o que se le ha olvidado ponerselo (Puedo pasarme lo que me queda de embarazo mirando libros de anatomia, a ver si pilla la idea). En caso de que no esté pues hay que vigilar que el riñón que funciona siga haciendolo tan bien como hasta ahora. Y si está descolocado, sería cuestión de operarlo cuando naciera.
Ya tengo conmigo toda la documentación referente al embarazo y la lista de lo que he de llevar el día de parto. Después de un mes de tensión por una cosa o por otra (a principios de mes hubo la duda de si tenía varicela, lo que quedó descartado después de tres analíticas en veinte días) toca relajarse. Todo va bien y he de disfrutar a tope de estos últimos meses, ultimar las compras de la canastilla, decidir el carrito ideal y, si me queda tiempo, relajarme y disfrutar de las pataditas de Miquel dándole mensajes positivos. O mas bien, invierto el orden, ¿no?
2 comentarios:
Lo que toca en este caso, creo, es lo que tu bien apuntas. Relajarse, disfrutar y sentirte feliz y dichosa pues lo que inminentemente va a suceder, es un evento que no se da todos los días en tu familia. Así pues, comienza ese magnífico tiempo para las confidencias entre el hijo y la madre, que a buen seguro ha de ser el comienzo de unas relaciones que durará durante toda vuestra existencia. Serán instantes en los que tú y él y nadie más, estaréis invitados a un tiempo de intensa felicidad.
¡Que disfrutéis!
Y a tí, padre de la criatura... contentate con lo que tienes que no es poco. Seguro que un día formaréis una magnífica tripleta.
¡Que envídia me dáis, che!
Estrella me alegra que todo vaya bien. Y a ver si lo del riñon no es nada grave.
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