Como todo, es cuestión de modas. Todos los medios de comunicación se hacen eco de lo buena y maravillosa que es la lactancia materna (menos El Mundo, como no). Fuimos a la fiesta de la lactancia de Terrassa. Allí se leyó un manifiesto donde se recomienda los consabidos seis meses de lactancia exclusiva cuando, curiosamente, sólo hay cuatro meses de baja por maternidad (hoy he oído que se plantean ampliarlo a cinco meses) ¿No es un contrasentido? Si, existe el fantástico invento del sacaleches. Y no lo digo con sorna. A mí me sirvió de mucho cuando la subida de la leche y sé de mujeres que lo utilizan largo tiempo en el trabajo. Es admirable por que a mí me parecía algo muy tedioso. Con lo hermoso que es dar el pecho en directo y hay que darlo en diferido por que a nadie se le ha ocurrido que la baja de maternidad es demasiado corta o no hay guarderías en las empresas.
Ahora mismo estoy escribiendo este post con Miquel mamando de pie delante mío ¿Quién dice que la lactancia es incompatible con el trabajo? Es broma, por desgracía, en muchos casos, lo es. Una diputada italiana va al parlamento con su hijo en un fular pero eso es un privilegio. Se trata de darle a la maternidad el lugar que le corresponde sin que esto quiera decir que la mujer deje el mundo laboral. El otro día hablé con una madre en el parque. Su hijo tenía cuatro meses y lo estaba acostumbrando al biberón por que debía volver a trabajar y no se veía utilizando el sacaleches. Es realmente incomprensible que se acuse a los padres de poca dedicación a los hijos cuando los horarios laborales son realmente incompatibles con la vida familiar.
Quizá esté un poco cansada de dar el pecho, sobre todo del modo impetuoso y antojadizo de mamar de Miquel, quizá los primeros meses fueron agotadores y estresantes pero... Puedo decir que la lactancia es una experiencia enriquecedora, relajante y contribuye a subir tu autoestima (una vez la lactancia está bien establecida. Los principios son duros).
2 comentarios:
Artículo de opinión sobre el reportaje
Vuelvo a lo de siempre, visto desde fuera: la leche materna autorefuerza el sistema autoinmune, a la par que crea vínculos con la madre.
El biberón lleva una imitación de leche maternal; no deja de ser aunque completa en los nutrientes composicionales, un aporte externo, sustivo.
Voto por la LM, o en su defecto viva el sacaleches!
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